Claves

  • El crecimiento de los desechos electrónicos constituye una creciente preocupación medioambiental y de salud en todo el mundo.
  • La formalización del reciclaje a mayor escala, la estandarización de regulaciones y la innovación tecnológica pueden convertir parte del problema en oportunidad.
  • Las decisiones de las empresas en cuanto a su cadena de suministros y diseño de productos y las decisiones de los consumidores (qué comprar, a quién y cuándo reemplazarlo) jugarán un papel fundamental.

 

A medida que la población mundial y el ingreso disponible aumentan, la producción, consumo y reemplazo de ítems electrónicos se ha incrementado, dificultando el manejo de los desechos electrónicos.

Según precisa el Global E-waste Monitor, el término desechos electrónicos, o e-waste abarca aquellos ítems eléctricos y electrónicos y sus partes que han sido descartados por sus usuarios sin la intención de reutilizarlos. Incluye una gran variedad de productos, casi cualquier producto del hogar o de oficina con circuitos eléctricos, componentes eléctricos o suministro de batería e incluye seis categorías, cada una con un ciclo de vida diferente, distintos impactos al medio ambiente y a la salud, y diversas formas de reciclar.

1. Equipos de intercambio de temperatura, comúnmente conocidos como de enfriamiento y congelación equipo: frigoríficos, congeladores, aires acondicionados, calefacción.

2. Pantallas, monitores. Equipo típico incluye televisores, monitores, laptops, notebooks, y tabletas

3. Lámparas. Fluorescentes, de descarga de alta intensidad, y LED.

4. Equipos grandes. Lavadoras, secadoras, lavavajillas, estufas eléctricas, equipo de copiado, y paneles fotovoltaicos.

  1. Equipos pequeños: Aspiradoras, microondas, ventilación, tostadoras, hervidores eléctricos, afeitadoras, básculas, calculadoras, radios, cámaras, juguetes eléctricos y electrónicos, pequeñas herramientas eléctricas y electrónicas, pequeñas. Dispositivos médicos pequeños, equipos pequeños de monitoreo y control.
  2. Pequeños equipos informáticos y de telecomunicaciones. Teléfonos móviles, sistemas de posicionamiento global (GPS), calculadores de bolsillo, enrutadores, ordenadores personales, impresoras, teléfonos.

Magnitud del problema

Según publica The New York Times Magazine, los desechos electrónicos se han convertido en la fuente de desechos de más rápido crecimiento en el mundo. Su acumulación se ha doblado en alrededor de una década y para 2021 su total anual se espera que ascienda a 57 millones de toneladas. Sin embargo, esta explosión podría tener una naturaleza dual, como un azote medioambiental o como recurso económico, ya que a pesar de que con frecuencia tienen plomo, mercurio y otras sustancias tóxicas, las laptops y teléfonos también tienen elementos de valor como oro, plata y cobre.

El problema principal viene dado por el hecho de que sólo alrededor de un 20% de los desechos electrónicos son recolectados y reciclados, y el destino del resto es desconocido. Se estima que sólo 41 países recolectan estadísticas sobre este problema, y esta data no puede ir a la par de la expansión en la cantidad de artefactos en tantas categorías.

Según, V. Ranganathan, el sector informal, se encuentra inadecuadamente capacitado para disponer de estos residuos, y con frecuencia se mezcla con otros desperdicios. Como resultado, la mayoría de estos materiales recuperables se filtran en el suelo, contaminando grandes extensiones de tierras y haciendo que no sean aptos para el cultivo. Metales como el mercurio, el cadmio y el plomo, que se encuentran en las placas de circuitos de los dispositivos, pueden filtrarse en el agua subterránea, causando problemas de salud, tales como daños al cerebro, hígado, riñones, pulmones, sistema nervioso y huesos. Los hogares tampoco son inmunes a este fenómeno: al igual que las fugas encontradas en las baterías, los dispositivos eléctricos no utilizados liberan lentamente sustancias químicas tóxicas que con el tiempo presentan peligros para la salud en el espacio donde se almacenan.

Manejo de los desechos electrónicos

En muchos países se amontonan peligrosamente grandes cantidades de residuos. Sin embargo, algunas acciones ya empiezan a aparecer para su procesamiento. En 2018, Hong Kong abrió su primera instalación de reciclaje con respaldo gubernamental para residuos electrónicos, la cual convierte las cajas de lavadoras, computadoras y televisores en trozos de plástico y acero. En el artículo antes citado en The New York Times Magazine se menciona también que ya se han ideado técnicas más seguras en el laboratorio para extraer valor a los desechos electrónicos. Una de ellas aísla elementos de metales raros con tecnología de nanotubos de carbono; otro recupera minerales clave al bombardearlos con ondas sonoras submarinas.

Acciones a tomar

La clave parece estar en el seguimiento continuo de estos desechos, así como en la concienciación del consumidor y de los productores en cuanto a la obsolescencia programada. En un estudio publicado por Greenpeace se menciona que frente a la saturación del mercado las compañías del sector cambian el diseño de los productos para acelerar el ciclo de reemplazo, haciéndolos difícil de mantener o mejorar, acortando el ciclo de vida de artefactos perfectamente funcionales. Mencionan que Apple, Microsoft y Samsung están moviéndose en este aspecto en la dirección inadecuada, mientras que HP, Dell, y Fairphone destacan como excepciones.

En resumen, se recomienda que los consumidores elijan productos de calidad, duraderos y reparables y que al momento de reemplazarlos se asegure el reciclaje del viejo dispositivo. Del mismo modo, la tarea para los productores, según este estudio pasa por diseñar para el planeta (usar el software para extender y no acortar los ciclos de vida), eliminar el uso de químicos peligrosos en la fabricación, utilizar material reciclado o reciclable y trabajar con socios de reciclaje con el fin de aumentar la formalización del proceso de reciclaje y maximizar la recuperación de materiales.