La incidencia del COVID-19 y su expansión por el mundo ha obligado a los países a tomar medidas extremas. La pandemia no solo ha revolucionado el transporte, el turismo o el comercio, sino que ha llevado a las empresas a implementar el, para algunos, reto del teletrabajo. La dimensión del contagio llevó a las autoridades a recomendarlo como medida de control y en este momento, se ha convertido en la única alternativa para la mayoría de empresas.

Muchas organizaciones ya habían experimentado con el teletrabajo antes, enfrentando un desafío menor del de aquellas que ahora lo implantan por primera vez. Se trata de una opción de flexibilidad que los trabajadores en circunstancias normales desean adquirir, pero a la que no todos tienen acceso: este sería el caso de un 69% de los españoles (Randstad Workmonitor, 2019). En España, un 7.9% de las personas teletrabajaron durante el último trimestre de 2019, lo que supone 1.5 millones de personas. Madrid sería la séptima comunidad con mayor implantación, por detrás de Galicia, Extremadura, Islas Baleares, La Rioja y Comunidad Valenciana.

El previsible incremento de esta cifra durante la crisis del coronavirus despierta un repentino interés por el teletrabajo y cómo afrontarlo. El trabajo remoto de todos los miembros de una organización puede ser un reto insólito para muchos, y trae consigo una necesidad de esfuerzo colectivo, no solo en aspectos como el compromiso, sino en otros como el de la comunicación interna, ahora vital en este nuevo escenario.

Durante este período, se recomienda que el rol del supervisor sea el de “transmisor de primera línea del impacto de los programas en sus equipos”, y se espera de él/ella que sea abierto y flexible, y utilice las herramientas a su alcance, apunta El Libro Blanco del Trabajo. Por su parte, la principal tarea del empleado es la de «entender bien los mensajes de la empresa». Para ello, mantenerse conectado con colaboradores y proveedores es fundamental, una necesidad que gracias a la tecnología es más fácil que nunca.

Ventajas y desafíos del teletrabajo

Los empleados que trabajan de manera remota tienden a sentirse más felices, depositarios de confianza, y capaces de mantener un equilibrio personal y profesional; el teletrabajo favorece también la retención del talento: los trabajadores remotos son un 13% más propensos a mantenerse en su actual puesto de trabajo durante los próximos 5 años. La “comunicación clara y abierta es crítica para el trabajo remoto productivo, especialmente en equipos híbridos, ya que parece que los trabajadores remotos invierten más tiempo en comunicarse con sus compañeros”, indica el informe State of Remote Work 2019 de Owl Labs, que añade que el 14% de los trabajadores en remoto asiste a más de 11 reuniones semanales, frente al 3% de los trabajadores presenciales.

En lo que parecen estar de acuerdo los estudiosos del teletrabajo es en que la comunicación se presenta como uno de los principales retos de esta actividad, tras la desconexión y la soledad (State Of Remote Work, Buffer, 2019). Además de comunicarse con los compañeros, la sensación de exceso de trabajo es también un reto habitual del teletrabajo, según el 2019 Remote Work Report de Hubspot. La comunicación se identifica como una de las claves para el futuro del teletrabajo: “cuando no puedes dirigirte a la persona que está a tu lado, la comunicación se vuelve mucho más intencional – y a veces – más complicada. Tener la tecnología para la comunicación es importante – desde las plataformas de mensajería instantánea como Slack hasta las pizarras inteligentes – para la colaboración en equipo”, indica el informe de Hubspot.

Para evitar esta sensación de desconexión, la tecnología es un gran aliado, pero únicamente las personas pueden garantizar su éxito. La organización y la planificación son para ello poderosos aliados: “al trabajar de manera remota, tienes que ser mucho más determinado y organizado en tus comunicaciones”, señala The Remote Work Report de FYI. La disciplina en la comunicación ha de ser, por tanto, más severa que cuando trabajamos de manera presencial. En un momento como el actual, hemos de ser capaces de equilibrar la balanza entre trabajo individual y comunicación con el resto del equipo, e implementar a la vez que nos coordinamos con los demás para adquirir y compartir nuestra visión estratégica y colaborativa. Este esfuerzo ha de ser colectivo, ya que tanto las organizaciones primerizas en el teletrabajo como aquellas que son híbridas tienen ante sí la tarea de llevar esto a un nuevo nivel que pasa por todos y cada uno de los miembros de la organización. Esto significa que, como en esta crisis, la victoria colectiva llegará del esfuerzo individual.

Teletrabajar con éxito

Harvard Business Review proporcionaba en un reciente artículo algunas pautas para implementar el teletrabajo con éxito, teniendo en cuenta los inconvenientes anteriormente mencionados (sensación de soledad, falta de comunicación…):

-Establecer check-ins diarios entre managers y empleados.

-Proporcionar variedad de herramientas para la comunicación online.

-Establecer normas para su uso.

-Buscar tiempo para la socialización y el apoyo emocional.